Sobrevivientes de zonas aisladas de Afganistán siguen a la espera de ayuda tras el terremoto
Los habitantes de algunas de las zonas más aisladas afectadas por el terremoto de Afganistán siguen esperando la llegada de ayuda tres días después del potente terremoto que dejó más de 1.400 muertos y una estela de destrucción.
"Nuestro pueblo se vino abajo, no queda ni una casa en pie", declaró a AFP Omarkhan Omari, un habitante de la provincia de Nangarhar de 56 años.
El terremoto de magnitud 6, ocurrido alrededor de la medianoche del domingo en el este de Afganistán, azotó zonas remotas de la provincia montañosa de Kunar, pero las vecinas Nangarhar y Laghman, en la frontera con Pakistán, también se vieron afectadas.
Tras este primer sismo, que dejó 1.469 muertos y más de 3.500 heridos, la tierra volvió a temblar el martes, sembrando pánico entre los habitantes.
Afganistán, situado en la unión de las placas tectónicas euroasiática e india, sufre frecuentes terremotos, pero este llega "en el peor momento", según las oenegés y la ONU, que se han visto obligadas a reducir su ayuda al país debido a los recortes en la asistencia internacional.
"Algunas localidades aún no han recibido ayuda", reconoció Ijaz Ulhaq Yaad, un alto funcionario local.
Los deslizamientos de tierra dificultan el acceso a las aldeas de montaña. La oenegé Save The Children indicó que uno de sus equipos caminó 20 km para "llegar a un pueblo aislado del mundo por los desprendimientos, transportando equipos médicos a sus espaldas".
Malik Chahwaiz, de 55 años, contó que las personas duermen al aire libre por miedo. "No dejamos que nuestros hijos entren en las casas, todas tiemblan, están agrietadas y hay techos que se derrumban", dijo a AFP.
La oenegé ActionAid afirma estar en "una carrera contrarreloj". "Los servicios públicos ya están al límite" en el país, uno de los más pobres del mundo, explicó Srikanta Misra, su director nacional.
Las autoridades talibanas no han anunciado ningún plan para después del terremoto, ni en términos de ayuda financiera a los damnificados, ni de estrategia de realojamiento y, a más largo plazo, de reconstrucción. Se limitan a afirmar que no podrán hacer frente a la situación solos.
La ONU, que estima que cientos de miles de personas podrían estar afectadas, ya desbloqueó cinco millones de dólares de su fondo mundial de intervención de emergencia.
En 2023, dos años después del regreso al poder de los talibanes, hubo un terremoto de gran magnitud en la región de Herat, en el otro extremo de Afganistán, en la frontera con Irán.
Más de 1.500 personas perdieron la vida y más de 63.000 viviendas quedaron destruidas por el sismo, de magnitud 6,3.
N.Lambert--LCdB