

Frente a la muerte, los animales tienen reacciones "muy complejas"
Simulación de la muerte, autodestrucción, congregaciones funerarias, duelo... Los animales tienen reacciones "muy complejas" ante la muerte, asegura la bióloga Emmanuelle Pouydebat, autora de un libro publicado recientemente sobre el tema.
En 2018, en Botsuana, se observó a una hembra de hipopótamo intentando mantener a su cría muerta en la superficie de un estanque durante 11 horas, ahuyentando a los cocodrilos. En varias ocasiones, hizo burbujas para intentar comunicarse con ella y los demás miembros del grupo se unieron a ella para ayudarla.
Ese mismo año, frente a la costa oeste de Canadá, la orca Tahlequah también perdió a su cría. La mantuvo a flote durante 17 días y a lo largo de casi 1.600 km, sin comer ni establecer contacto social, lo que la hizo vulnerable a los depredadores.
"El dolor de perder a un ser querido es algo universal, tan universal que no es exclusivo de nuestra familia o nuestra especie, sino que también existe en muchos otros seres vivos", afirma a AFP Pouydebat, especialista en la evolución del comportamiento animal en el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y del Museo Nacional de Historia Natural de París.
En "Les oiseaux se cachent-ils pour mourir?" (¿Se esconden los pájaros para morir?), la científica describe múltiples observaciones sobre la percepción de la muerte en los animales, y no sólo en los que nos son más cercanos, como los mamíferos.
Como algunos caballitos de mar que, al no poder huir ni esconderse ante un depredador, simulan su propia muerte, utilizando un mecanismo de defensa llamado "tanatosis".
O esas abejas enfermas y contagiosas que abandonan la colonia para no contaminarla.
Algunos córvidos (cuervos, arrendajos, urracas...) se colocan alrededor de un congénere muerto y a veces colocan cerca de él plumas, palos o hierbas. Quizás para señalar su presencia, evaluar una situación potencialmente peligrosa o establecer nuevas relaciones sociales dentro del grupo.
- "Un recurso para sobrevivir" -
"Detectar la muerte puede ser un buen recurso para sobrevivir", explica Pouydebat. "Es importante comprender que el otro ha muerto para protegerse de los patógenos".
Pero saber que el otro falleció "probablemente también significa comprender que existe una posible separación con los individuos cercanos", continúa. "Y eso crea un vínculo social con los individuos que quedan, lo cual en muchas especies es fundamental para sobrevivir y vivir".
Existen pocos estudios sobre la relación de los animales con la muerte. La razón es la imposibilidad ética de realizar experimentos sobre el tema y la dificultad de interpretar observaciones que pueden parecer anecdóticas.
Pero también el miedo de los científicos a ser "tachados de antropomorfismo", advierte Pouydebat.
"Al querer evitarlo a toda costa, hemos pasado por alto muchas capacidades animales como el altruismo, la empatía, la cooperación... todos esos comportamientos que no hemos visto por temor a ponerlos de relieve", lamenta.
¿Es consciente un animal de que está matando? ¿Es consciente de su propia muerte?
Cualquier hipótesis debe tenerse en cuenta, defiende la investigadora. Es "interesándose por ella" y "multiplicando los ejemplos y los contextos" que se sabrá más sobre el tema.
"Así es el método científico: observamos, nos hacemos preguntas y luego intentamos establecer protocolos para intentar responderlas", explica. "Y hay que aceptar que, a veces, nunca tendremos la respuesta".
Z.Barbier--LCdB